Culminados los cuartos de final, hay mucho que evaluar. En esta categoría, la estabilidad emocional se está recién construyendo. De avasallar a un rival y darle una seguidilla de puntos, ante la reacción rival o frente a un error arbitral, un equipo puede desmoronarse.
México desdibujó su rendimiento y cayó vergonzosamente ante una China arrasadora, con atacantes altas y defensivamente bien organizadas. Las chinas han ratificado su cartel de favoritas para ganar el título de este mundial.
China Taipéi destruyó a Brasil y dejó al descubierto sus problemas de recepción y defensa. Las asiáticas nunca dejaron jugar a sus rivales; la recepción brasileña fue pésima y su líbero, aún peor. El juego rápido y la vocación defensiva de las de Taipéi demostraron que la técnica se impone sobre la fuerza, con variedad en el ataque y un enorme despliegue defensivo. Cayó uno de los calificados como favoritos.
Italia sufrió para pasar y logró su pase con mucha angustia. Lo dije en mis comentarios para RTP: no veo a Italia con la solidez necesaria para ser campeón mundial. Turquía mereció mejor suerte. Muchas fallas en la recepción y un juego demasiado sencillo facilitan a la defensa rival. Sin embargo, esto es voleibol y, a estas edades, es difícil pronosticar una final.
Sin querer pecar de romántico, el juego de Japón me encanta. Sus posiciones defensivas, la técnica de remate y el arrojo por no perder un balón son espectaculares.
Perú hizo un partido digno, pero no alcanzó para vencer a un rival tácticamente superior. Mérito de las chicas y una excelente sesión de aprendizaje para nuestras jugadoras.
Hay gente que pretende que cambiemos nuestro voleibol, pero a esa gente hay que recordarles que nuestra evolución empezó y continuó con entrenadores asiáticos. El japonés Akira Kato revolucionó nuestro voleibol con sus métodos de entrenamiento, priorizando la ejecución técnica perfecta a través de entrenamientos de gran volumen, intensidad y frecuencia. Luego llegaría el coreano Man Boc Park, quien le imprimiría otro carácter táctico, agresivo y atrevido.
Por nuestro biotipo, lo recomendable es volver a la escuela asiática y, por si acaso, no estoy pidiendo que traigamos a un técnico de ese continente. Lo que pretendo es que los peruanos identifiquemos el perfil de la jugadora peruana y definamos qué voleibol queremos practicar. Al final, quienes cargamos con la enorme responsabilidad de “producir” jugadoras somos los técnicos peruanos, principalmente los de formación básica.
De cuatro finalistas en este mundial, tres son asiáticos. ¿Eso nos dice algo?