Descompensación Horaria (Jet Lag)

Si imaginamos el mundo como una pelota de voleibol y la dividimos en 24 partes verticales, a cada parte la llamaríamos “huso horario”. Los husos horarios determinan los “mediodías” de cada parte del planeta, de modo que las horas de los países que comparten el mismo huso serán iguales. Por ejemplo, nosotros compartimos el mismo horario con Colombia, Ecuador, Panamá y la zona este de Estados Unidos (Nueva York).

Nuestro cuerpo tiene un reloj interno que nos dice a qué hora debemos alimentarnos, dormir y estar más lúcidos. Cuando uno viaja rápidamente de un lugar a otro y cambia de huso horario, se produce una alteración en nuestro ciclo de sueño y estado de alerta.

Pero no solo afecta el sueño; también impacta los horarios de alimentación y el estado mental óptimo. Este efecto es más pronunciado cuando atravesamos más de cuatro husos horarios. Explico esto para que entendamos la importancia que tiene este desfase en el rendimiento de una persona.

Por ejemplo, en el Preolímpico pasado de septiembre en Japón, nuestra selección de mayores llegó prácticamente del avión a la cancha. El 16 de septiembre, empezamos perdiendo 3 a 0 ante las anfitrionas, con un primer set para el olvido (9 a 25). Al día siguiente, Brasil nos derrotó cómodamente con otro 3 a 0 (14; 13; 15). Frente a Turquía perdimos 1 a 3, contra Bélgica 0 a 3, Bulgaria 0 a 3 y Puerto Rico 0 a 3. Recién en el partido final del 24 de septiembre, contra Argentina y después de ocho días en tierras niponas, logramos un decoroso 2 a 3.

Estoy seguro de que, si hubiéramos tenido más tiempo para adaptarnos al cambio horario, nuestro seleccionado habría tenido una mejor participación. Pero eso es historia pasada y debe servirnos de lección para siempre tomar las precauciones necesarias en cada caso.

Ahora, analicemos a nuestro seleccionado U-17 y sus partidos amistosos. Cuando jugamos contra Italia en el segundo partido del cuadrangular, Italia fue muy superior en los dos primeros sets, pero luego se fatigaron física y mentalmente, decayendo en su rendimiento. Esto no desmerece el esfuerzo de nuestras chicas, pero debe alertarnos a esperar que este equipo mejore.

Ayer tuvimos un partido amistoso contra Japón y sucedió algo parecido. En ese sentido, el partido de hoy frente a Italia nos brindará una mejor medida del crecimiento de nuestro equipo. En primer lugar, ya conocemos a las rivales y sabremos cómo atacar sus puntos débiles y cuidarnos de sus fortalezas. Además, nuestras chicas ya están perdiendo el nerviosismo y tendrán más aplomo al momento de competir.

Y, por otro lado, algo que no es menos importante, es que el público sabe el inmenso valor que tiene su presencia y estará en todo momento apoyando a las chicas.

¡Arriba Perú!